Y así, un amanecer de domingo, envueltos en una penumbra azul, mientras allá,
junto a la laja de la Sarga, se hundía un lucero y sobre el macizo de San Bartolomé
clareaba el día, caminábamos silenciosos hacia la Peña del Aljibe.
Junto a la vereda, a nuestro paso, se alzaban las vacas perezosas con un son de esquilas
y en la aldea dormida del Realillo sonaba el chorro de la fuente con voz de plata.
Después, en nuestro camino, el Acebuchal, añoso bosque de acebuches y chaparros,
que a la luz indecisa de la mañana tiene un hondo encanto y produce una extraña impresión.
Los chaparros recién descortezados, con el líber rojo al descubierto, parecen toros sangrientos
que se retuercen en su supremo dolor, alzando al cielo sus múltiples brazos.
Luego, dejando atrás la sierra de la Plata, las primeras lomas del valle.
Altos y soberbios trigales bordean el sendero, y entre el oro uniforme del bancal
estalla la nota encendida de las amapolas.
La cortijada de la Lagecilla, pequeña aldea en mitad del valle;
mas allá, las viejas ruinas de Tapatana, la aldea abandonada,
con la pequeña ermita, vacía la espadaña, hundido el techo y roto el altar.
Por último, el Peñón del Aljibe, ingente masa cortada a pico
que se alza sobre las primeras estribaciones de la sierra de Retín,
fin de nuestro maravilloso paseo y comienzo de nuestro estudio.
Cayetano de Mergelina, año 1921
En la vertiente sureste de la Sierra del Retín, rodeado por un bosque de acebuches que parece protegerlo, como queriendo no ser profanado y así ocultar los secretos que ha guardado durante siglos, encontramos el Peñón del Aljibe.
El primer estudio que se conoce del Peñón del Aljibe fue realizado en 1907 por el religioso jesuita Julio Furgús (1856-1909), que realizó prospecciones arqueológicas localizando varios yacimientos y entre ellos el Peñón del Aljibe. Fue publicado ese mismo año en la revista madrileña Razón y Fe.
En 1924 el sanluqueño Cayetano de Mergelina, colaborador de Pierre Silliere en las excavaciones de Baelo Claudia, en su investigación sobre el monolitismo se interesó por la existencia de una "cisterna" excavada en la roca del Peñón del Aljibe. Su ruinas fueron descritas brevemente en “El Peñón del Aljibe”, revista Coleccionismo, Madrid, octubre, 1921. El Académico de la Historia, Enrique Romero de Torres también lo cita en el Catálogo Monumental de la Provincia de Cádiz.
Nos internamos en el bosque hacia la base del peñón.
En su ladera occidental existe una rampa
Aun quedan restos de escalones tallados en la roca
En el borde de la izquierda (derecha si subimos) hay tallado una especie de banco.
Ahora la rampa gira en dirección SW. En la foto nuestro anfitrión.
Y llegamos a una gran estructura excavada en la roca de la peña y constituida por dos cámaras. Lo primero que vemos es una fosa rectangular de 2,20 m de ancho, 7,30 m de largo y una profundidad de 4 metros en su lado mas alto.
"En la cima del peñón extrañas manos labraron la roca. A fuerza de constancia abrieron un gran excavado profundo..." (Cayetano de Mergelina).
En la pared del muro se pueden ver unos rebajos que, según Cayetano de Mergelina, parecen destinados ha sostener vigas de soporte de una cubierta.
Una perspectiva algo distorsionada por el gran angular.
En la esquina SW, la de menor altura, hay una especie de cazoleta y dos escalones.
La pared NE es la de mayor altura.
En esta pared hay un orificio a la altura del suelo.
Se cree que el uso de esta estructura fue la de aljibe o cisterna y de ahí el nombre de la peña. Nosotros estuvimos allí después de un periodo de intensas lluvias y la estructura estaba seca. Tampoco encontramos canales que recogieran el agua. En esta pared vemos un orificio que Cayetano de Mergelina no menciona y que podría ser para evacuación del agua de la lluvia y evitar el encharcamiento.
En el muro NW se abre un orificio en forma de arco alargado y 1,85 m de altura.
A continuación se abre un pasillo o corredor que transcurre perpendicular a la fosa en dirección NW, con una longitud aproximada de 7,9 m y una anchura de 0,70 m. Los dos extremos del pasillo tienen forma circular.
Nada mas pasar por el arco de entrada hay un ensanchamiento formando una pequeña cámara circular con un diámetro de 1,25 m en su base.
Nuestra anfitriona al final del corredor donde hay una segunda cámara circular
Nos acercamos
La segunda cámara circular, con un diámetro aproximado de 1,35 m en su base.
.Una vista de la entrada al corredor desde la segunda cámara.
La primera cámara desde el lado opuesto a la entrada.
Pasamos al "techo" de la estructura
El corredor visto desde arriba
La segunda cámara vista desde arriba
En el borde de la piedra se observan unas lineas que parecen esculpidas.
Juan Francisco Romero López, en su publicación "los ídolos en Barbate" dice que estas marcas por su forma y estilo coinciden con las que hay en una tumba antropomorfa, también en una roca de Bacinete y con los trazos de un menhir descubierto por Breuil en Tapatana. Lo identifica como una inscripción con signos del alfabeto fenicio arcaico y por otro lado signos que arrancan desde las pinturas esquemáticas.
Medidas aproximadas de la estructura
En esta entrada me voy a abstener de dar mi opinión personal sobre lo que creo que podría ser, pero sí quiero hacer mención a lo que dice Jesús Tornero Gómez. "Ante una construcción tan antigua y tan sorprendente surgen muchos interrogantes. ¿Un aljibe en la cúspide de una peña que se eleva a 60 m. de altura sobre los terrenos circundantes, sin posibles vertientes para la recogida del aguas? Y si realmente lo es, ¿para qué darle una disposición tan complicada, con galería y pozo, en el seno de una roca en el que no se podía pretender captación de aguas? ¿No hubiera bastado con una simple cisterna? La construcción toda tiene un aire tan marcadamente megalítico que no deja de inclinar el ánimo hacia otras suposiciones. ¿No se tratará mas bien de una estructura dolménica funeraria, comparable a las existentes en Punta Paloma?"
Ahora bajamos por la cara SW del peñón para situarnos unos 15 metros mas abajo
La bajada hay que realizarla con mucha prudencia.
Encontramos una pared vertical con una especie de cornisa en su base.
Bajamos como podemos
Y podemos apreciar lo que parece los restos de una especie de habitación, aprovechando la roca para dos de sus paredes. Tiene unos 5 metros de largo por 1,20 de profundidad.
A la izquierda se encuentra otra habitación.
En los alrededores del Peñón del Aljibe se pueden encontrar sillares semitallados y alineaciones de piedras que parecen formar parte de los muros de antiguos edificios y murallas defensivas, lo cual hace pensar que pudo haber un importante asentamiento en la zona, quizás un oppidum. Según el arqueólogo e historiador Iván García quizás fuera la Baessipo prerromana y los escasos restos de cerámica encontrados sin ninguna adscripción romana lo sitúan entre los siglos IV y II a. C., coincidiendo con el abandono del oppidum de la Silla del Papa y su traslado a la costa para formar la Baelo romana.
Esquema del Peñón del Aljibe, de Cayetano de Mergelina
La sierra del Retín es un campo de adiestramiento de la Armada y es necesario el permiso de la autoridad militar para poder entrar.
Bibliografía:
- Sépultures anthropoïdes et hauts-lieux de la Province de Cadix (Espagne). Le Peñón del Aljibe. In: Bulletin de la Société Préhistorique Française. 1961, tome 58, N. 3-4. pp. 204-221., de Spahni Jean-Christian y Hours M.
- El Peñón del Aljibe, de Cayetano de Mergelina, revista Coleccionismo, Madrid, octubre, 1921.
- Oppida prerromanos en la orilla norte del Fretum Herculeum. Una revisión y propuesta de ubicación de Mellaria, Bailo y Baesippo, de Iván García Jiménez.
- La Sierra del Retín: el campo de adiestramiento de la Armada y sus valores medioambientales, de Jesús Tornero Gómez, editado en 1998 por el ministerio de Defensa y Gas natural S.A.
- Mélanges d'histoire et d'archéologie offerts à Pierre Sillières, PALLAS, 82, 2010, pp. 427-439, Revue D'études Antiques.
- Los ídolos de Barbate, de Juan Francisco Romero López.
Estuve de chaval y me quede muy sorprendido cuando lo vi era época de la entrada de las pateras y había ropa por todo el lugar y resto de comida. He querido volver pero por un motivo u otro nunca pude.
ResponderEliminarPero lo que si recuerdo es que estaba parcialmente lleno de agua y en un extremo de la estancia grande, se veían unos escalones que bajaban bajo el agua, no se si era eso o esta tapado y no se aprecia, pero es una de las cosas que mas me han obsesionado desde entonces, adonde iría esa escalera.
Estupendo reportaje, gracias por volverme a recordar a ese día y vivencias.
Quizás intente ir algún día.
Gracias de nuevo.