"...... se proveía de un manantial de agua que todavía brota en el cabo de las Palomas, y se conducía por un magnífico acueducto, del que no existen más que trozos de paredones, de arcos y de arcaduces...."
Cea Bermudez, año 1832
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El acueducto romano de Punta Paloma fue el más importante de los tres que suministraban el agua a la ciudad romana de Baelo Claudia. Esta ciudad que posiblemente alcanzó la cifra de 2000 habitantes tambien tenía sus necesidades de agua como cualquier otra. Disponía de numerosos pozos pero necesitaba grandes cantidades de agua para las termas y las factorías de salazones. Por ese motivo eran indispensables los acueductos.
Así que comenzé a consultar bibliografía. Una de las primeras noticias sobre esta conducción la encontramos en el siglo XVIII por Antonio Ponz Piquer, ilustrado y viajero que por encargo de Campomanes realizó un viaje por España a fin de inspeccionar los bienes artísticos en Andalucía que había pertenecido a la Compañía de Jesús. Tras realizarlo publicó su "Viage de España" compuesto por 19 volúmenes. En el último de ellos, referido a Cádiz Málaga y otros pueblos de Andalucía decía: ....... a mano derecha en la misma costa del Estrecho, un despoblado con muchas ruinas de edificios, que los paisanos llaman Bolonia, y sin duda viene del antiguo Pueblo, Belón ó Belonium. Parte de las ruinas de este sitio están ya cubiertas por el mar, y parte de ellas existen en tierra todavía; su situación es al pie de un cerrillo que llaman de la plata. Se divisa y reconoce bien la figura de un Anfiteatro, y de trecho en trecho residuos de un aqüeducto que atravesaba el valle hasta la Sierra llamada de las Palomas.......
Cea Bermúdez en su obra "el Sumario de las Antiguedades romanas que hay en España en especial las pertenecientes a las Bellas Artes", publicada en el año 1832, en su mención a las ruinas de Baelo Claudia a las que llamaba Bolonia o Villavieja decía: "...... se proveía de una manantial de agua que todavía brota en el cabo de las Palomas, y se conducía por un magnífico acueducto, del que no existen más que trozos de paredones, de arcos y de arcaduces...."
En una publicación de Alfonso Jiménez, "Los acueductos de Bellone Claudia (Bolonia, Cádiz)" podemos ver el trazado general del acueducto desde la Fuente de Palomas hasta Bellone Claudia y su paso por los distintos arroyos.
Entonces realicé una sobreexposición sobre un mapa topográfico georreferenciado y dibujé el mismo trazado para que sirviera de guía durante la ruta.
Según la información que obtuve el acueducto de Punta Paloma solo es parcialmente visible en los tramos donde era necesario salvar el desnivel producido por los arroyos que cruzaba. En dichas zonas todavía quedan algunos restos apreciables. Estos eran:
- Cañada de la Chorrera: último tramo y situado dentro de la zona de protección de las ruinas de Baelo y cercano al recinto amurallado. Es lo primero que vemos cuando acudimos a visitarla.
- Arroyo del Alpariate: cercano a la carretera de acceso al conjunto de Baelo.
- Arroyo del Pulido: en el cruce con la carretera CA-8202, antes de llegar al nucleo del Lentiscal, en el puente denominado de la Curva. Se pueden ver algunos restos a ambos lados.
- Arroyo de la Churriana ó Cantaranas: situado dentro de la finca del Cortijo de la Torre. En este tramo aun podemos ver restos de pilares y arcadas.
- Arroyo de Los Conejos ó de Puerto Bajo , en el que también pueden verse restos de pilares
El resto (o lo que queda) del acueducto hasta donde se captaba el agua transcurre a ras del suelo, oculto y enterrado por los arenales, la espesura de la vegetación, principalmente lentiscos y palmitos, y sobre todo el pinar de repoblación.
Se calcula que tenía un recorrido de unos 5780 metros y conducía el agua desde la cota de los 70 metros hasta los 15 metros a su entrada de la ciudad. Ello suponía un desnivel de 55 metros y una pendiente del 1%. El caudal de agua de éste acueducto podía llegar a alcanzar los 72 litros/segundo lo que supone unos 6 millones de litros diarios. Como parte de su recorrido transcurría al aire libre pudiera ser que sus aguas no se dedicaran preferentemente al consumo humano sino a la industira del salazón. Se cree que fue construido a mitad del siglo I d. C.
La ciudad también se abastecía del agua proveniente de otros dos acueductos de menor caudal y de la que apenas quedan restos visibles. Provenían de los acuíferos de la ladera este de la Sierra de la Plata, de las pendientes de la Silla del Papa. Estos eran:
- Acueducto del Realillo o acueducto norte: su punto exacto de captación se desconoce pero se le ha relacionado con una fuente existente junto al poblado del Realillo. Otro la sitúan en la fuente del Sumidero, más cercana a la ciudad. Pudo tener un trazado cercano a los 1900 metros. Entraba por la parte alta de la ciudad, por encima del teatro, donde vaciaba en un aljibe. Se cree que pudo ser más antiguo que el de Punta Paloma.
- Acueducto del Molino de Carrizales ó acueducto noreste: el punto de captación lo sitúan en una fuente cercana al molino de Carrizales. Entraba en la ciudad por la Puerta de Gades. Es probable que abasteciera sobre todo la la ciudad baja, principalmente las termas de la Puerta de Gades y la factoría de salazón. Pudo ser construido en la segunda mitad del siglo II d. C.
Para el acueducto de Punta Paloma comenzamos nuestro recorrido justo en el inicio de nuestra anterior ruta, el sendero de la Colada de la Reginosa, donde dejamos aparcado el coche.
A nuestra derecha a pie de playa vemos el búnker 424A.
A nuestra izquierda vemos el San Bartolo cubierto como siempre de nubes en las primeras horas de la mañana. También vemos la vegetación que acompaña el cauce del arroyo de la Churriana y que marca su recorrido.
El primer puente que encontramos es el del arroyo de la Churriana que nace en el Puerto de Bolonia. Salimos del camino y andamos paralelos a su cauce en dirección norte.
Tras andar unos 800 metros llegamos a los restos del acueducto construido para salvar el desnivel de del arroyo de la Churriana.
Esta obra de fábrica es la que mejor se conserva después de la del arroyo de la Chorrera. Su longitud es menor que el acueducto del arroyo del Conejo, pero el desnivel es más pronunciado. Aquí el specus ó canal se eleva sobre arquationes (arquerías) en una longitud de 76 metros y un altura máxima de 11 metros.
En el acueducto existieron 9 arcos mayores como este y otros 10 pequeños de los que no quedan ninguno.
La mampostería, aunque muy deteriorada debió ser de gran calidad, clasificable como de opus incertum, es decir, sillares colocados aleatoriamente. El material es una piedra gris muy dura, de grano fino, conocida en la región como "losa de Tarifa", que se segmenta en lajas y bloques perfectamente escuadrados, de modo que no necesita retoques para formar mamposterías careadas (labradas por una sola cara). Van unidas con mortero de cal y arena de buena calidad.
En los arcos se usan lajas y bloques de espesor irregular como dovelas (piedra tallada en forma de cuña que sirve para forma arcos y bóvedas.
A partir del último arco el canal se pegaba al suelo para ir subterráneo o sobre un murete. El conducto se deslizaría por el terreno hasta levantarse sobre el el arroyo Pulido.
El pilar ó machón que aun queda en pie situado junto al cauce mide unos 7 metros de altura por 2,10 de ancho y 1,35 de espesor.
Tenía 8 pilares. La anchura de los pilares es de 1,36 cm, variando la longitud entre 2.06 y 2,17 m.
El pilar viene aligerado en su parte alta por un arquillo en modo de ventanita.
El machón o pilar del otro lado yace en caído en el cauce del torrente. También hay restos de tramos de la canalización que corría por encima de la arquería. El canal era de sección rectangular, con revestimiento de opus signinum (mortero impermeable hecho a base de cal, arena y pequeños fragmentos de cerámica triturada o roca silícea, también conocido como mortero de tejoleta).
Dibujo realizado por A. Jiménez en el que vemos como pudo ser el acueducto y los restos que aun se conservan.
Continuamos en dirección al arroyo del Conejo. A la izquierda vemos las ruinas del cortijo de la Torre y a la derecha la antigua torre de la Sevillana de Electridad.
Endesa, en su informe anual de sostenibilidad sobre aquellas acciones emprendidas por la compañía durante 2009 en materia de Desarrollo Sostenible, recoge como acciones realizadas el “Proyecto de Mejora Ambiental de la finca Cortijo de La Torre en la ensenada de Bolonia, Tarifa (Cádiz)".
Una fuente abrevadero. El pozo lo ha ocupado una gran higuera. Otra más que he registrado en el proyecto "Conoce tus Fuentes."
Gracias al comentario de un seguidor del blog he podido saber que esta construcción es un antiguo lavadero.
Nos acercamos al Cortijo de la Torre.
Sorprende ver como las tres plantas de este edificio aun aguantan.
Detrás del cortijo hay otra vivienda en ruinas en cuya entrada podemos ver grabado en la pared el año 1958.
Dejamos atrás el cortijo con vistas de Punta Camarinal, la Duna de Bolonia y la Sierra de la Plata.
Y nos internamos en el pinar del Lentiscal hacia el arroyo del Conejo
Andamos entre pinos, enebros y lentiscos hasta que nos cruzamos con el cauce seco del arroyo del Conejo ó de Puerto Bajo. Felizmente pude comprobar que no me había desviado mucho al trazar el recorrido sobre el mapa, ya que uno de los pilares del acueducto asomaba a pocos metros entre la maleza.
Para salvar el arroyo del Conejo el specus o canal se elevaba sobre arcuationes en una longitud de 112 metros y 16 o 17 arcos de medio punto. Solo se conservan dos pilares y del tramo central no queda rastro ninguno. En la orilla derecha pueden quedar algunos restos pero es imposible acceder debido a la vegetación.
Al parecer el acueducto del arroyo del Conejo tenía 13 pilares, con 13 arcos mayores y catorce secundarios
El pilar de la orilla izquierda tiene 5,20 metros de altura y todavía conserva el arco de descarga y el arranque de los dos arcos adyacentes. Los pilares más próximos al cauce del arroyo alcanzaron los 8 metros. Las luces entre pilares variaban entre 2,62 y 3,35 m., la longitud entre 1,18 y 1,62 m., conservando una anchura de 1,50 m.
Cara opuesta del pilar
La cara que da al cauce del arroyo
Dibujo realizado por A. Jiménez en el que vemos como pudo ser el acueducto y los restos que aun se conservan.
Continuamos en dirección hacia el inicio del acueducto por un arenal con abundancia de retamas.
Enlazamos con el Camino del Chaparral a las Palomas porque es imposible continuar por el recorrido trazado en el mapa a causa de la espesura de la vegetación.
Aquí el camino es más abierto
Intentamos salir del camino para continuar por el supuesto trazado del acueducto pero los jóvenes pinos forman verdaderas murallas imposible de franquear. Haría falta una motosierra. En los puntos donde coinciden el recorrido del acueducto y el nuestro encontramos muchos restos de piedras que podrían ser de la citada conducción.
Siendo conscientes que era imposible seguir el trazado de la conducción a causa de la vegetación continuamos por el Camino del Chaparral a las Palomas hasta llegar al cruce con el sendero de la Colada de la Reginosa.
Llegamos al final del sendero de la Colada de la Reginosa. Por encima de esta zona se encontraba la fuente de Paloma Baja, el caput aquae ó lugar de captación . Actualmente el agua se utiliza para el abastecimiento de la base militar.
Cerca del lugar de captación (caput aquae) dimos una vuelta por los alrededores, donde se supone que comenzaba la conducción pero solo encontramos restos y la imposibilidad de seguirlo a causa de la espesa vegetación.
Muy cerca del lugar de captación, oculto y probablemente enterrado entre los pinos se conserva un tramo del acueducto que podeis ver en la fotografía de abajo. La canalización esta realizada por opus caementicium, un hormigón romano compuesto de cal, arena, agua y piedras de pequeñas dimensiones. El interior está forrado de opus signimum (mortero de tejoleta). Para evitar la entrada de arena lo cubre una tegula (teja) hecha con sillares de calcarenita labrados en forma de arco.
Autor: Pierre Sillières
Regresamos por la colada hasta el inicio de nuestra ruta. Ahora continuaremos con el coche para ver el resto del acueducto.
Después del arroyo de la Churriana la conducción se levantaba de nuevo sobre el arroyo Pulido. Concretamente en la zona conocida como el puente de la curva por el que pasa la carretera CA-8202. Aquí el acueducto pudo alcanzar 65 metros de longitud. Hoy está completamente destruido probablemente debido a la construcción de la carretera actual.
Solo se conservan a ambos lados el arranque de algún pilar, muy próximo al cauce.
Después la conducción se deslizaba por el terreno casi paralelo a la carretera para volver a elevarse sobre el arroyo Alpariate, el mas caudaloso de la zona.
Solo quedan algunos trozos de machones o pilares volcados en el lecho del arroyo. Aquí el acueducto pudo llegar a alcanzar los 312 metros de largo.
Y la última elevación de esta obra es la que se construyó para salvar el arroyo de la Chorrera. Está situado dentro de la zona de protección de las ruinas de Baelo y cercano al recinto amurallado. Es lo primero que vemos cuando acudimos a visitarla. Mide 32 metros y está compuesto por tres arcos mayores y dos pequeños. Todavía conserva en lo alto el canal.
Desde esta perspectiva vemos el specus o canal que suele estar revestido de opus signinum. En su extremo más cercano vemos lo que se denomina un pozo de decantación. Estos pozos están estratégicamente situados donde el canal hace un quiebro o un salto. Con ello se pretendía disminuir la fuerza de la corriente y la sedimentación de la arena e impurezas en el fondo.
Solo un seismo podría causar las deformidades que presenta. El terremoto tuvo lugar en el siglo IV d.C.
- Los Acueductos de Bellone Claudia (Bolonia, Cádiz), de Alfonso Jiménez.
- Baelo Claudia, una ciudad romana de la Bética, de Pierre Silliere.
- Agua para la vida en una ciudad romana: el sistema hídrico en Baelo Claudia, de Francisco Alarcón Castellano.
- Baelo Claudia, guía oficial del conjunto arqueológico. Consejería de cultura de la Junta de Andalucía.
- Baelo Claudia, cuaderno del profesorado. Consejería de Educación y Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
- Acueducto de Punta Paloma, de Manuel Quilez Serrano. Aljaranda nº 57 año 2005, revista de estudios tarifeños.
SALUDOS: OS FELICITO POR ESTE BUEN TRABAJO REALIZADO Y MUY BIEN DOCUMENTADO SOBRE EL ACUEDUCTO ROMANO, ASÍ NOS DA A CONOCER LAS OBRAS DE ARTE QUE DEJARON NUESTROS ANTIPASADO....
ResponderEliminarGracias Julio. Un Saludo.
EliminarLos monumentos romanos son muy sorprendentes, y además dejan siempre algunos datos importantes sobre la época en la que se construyeron.
ResponderEliminarGran trabajo, enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias. Un saludo.
EliminarFelicidades por un trabajo tan interesante de documentación .
ResponderEliminarMuchas gracias. Un saludo.
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