En las canteras romanas de Punta Camarinal se extraía la
piedra calcarenita usada en algunas construcciones de Baelo. Accedemos por el sendero oficial de la Duna de Bolonia.
Continuamos andando por la arena de la playa dejando a nuestra derecha separado por una valla el extremo sur del yacimiento arqueológico de Baelo Claudia. La factoría de salazón, su principal industria, es la más próxima a la playa.
Usando el zoom podemos ver mejor la basílica con una estatua del emperador Trajano (la original se conserva en el Museo de Cádiz).
Al otro lado de la duna, en el extremo oeste de la Cala del Tesorillo se encuentra la zona conocido como el Ancón y también como Anclón, en el comienzo de Punta Camarinal. El topónimo del Anclón puede guardar relación con un antiguo fondeadero de embarcaciones. Según investigaciones arqueológicas existen en la inmediaciones algunos detalles en la roca que quizás pudiesen ser relacionados con los sistemas de anclaje de un embarcadero romano. Parece que en este lugar pudo haber un fondeadero y una pequeña factoría de salazones en época romano-republicana.
En el comienzo de Punta Camarinal nos encontramos a nuestra izquierda con la casamata (búnker) del Anclón. Anteriormente a éste, exisitió la Batería del Ancón de Bolonia, que son los diferentes nombres que recibió a lo largo de su corta existencia. Construida en los años iniciales del siglo XIX como una batería a la barbeta, era capaz de cuatro cañones de 24 libras con el equipamiento habitual para servidores y material. Los ingleses la tomaron en 1808, arrojando su artillería al escarpado de su frente y volando parcialmente sus instalaciones por la molestia que les causaba. En 1821 se presupuestaba su reparación en 250.000 reales, respetable cantidad que da idea de su deterioro. Aun así, se aconseja su reconstrucción por las innegables ventajas que proporcionaría este punto fuerte: defender la ensenada y cala de Bolonia de los desembarcos enemigos, prestar cobertura a los mercantes acosados y activar el comercio de las poblaciones de la costa (extraido de "Almenaras en las costas de Tarifa (II), de Ángel Sáez Rodríguez).
Al parecer los materiales extraidos de algunas canteras debieron ser transportados en barcas mediante la instalación de unas rampas para bajar los grandes sillares hasta la orilla, donde se debió labrar un pequeño embarcadero en las areniscas que afloran en la playa cuando la marea está baja.
Usando el zoom podemos ver mejor la basílica con una estatua del emperador Trajano (la original se conserva en el Museo de Cádiz).
Desde aquí vemos mejor el cabo de Punta Camarinal. Sstá formado por materiales depositados en la antigua plataforma litoral (conglomerados, calizas y areniscas). Aquí se encuentran algunas de las numerosas canteras romanas de las que se extraía la roca calcarenita empleada en algunas construcciones de Baelo Claudia.
La Duna de Bolonia también conocida como Duna del Ancón fue declarada Monumento Natural en 2011. Su génesis y formación se vincula a la última remontada del nivel del mar en el Holoceno. El fuerte viento de levante de la zona hace que la duna avance en dirección oeste sepultando pinares de repoblación que fueron plantados en los años 50 y 60 para intentar frenar su avance. Junto a la Duna de Valdevaqueros es una de los sistemas dunares de mayor interés de España, debido a sus excepcionales características geomorfológicas. Tiene aproximadamente unos 30 metros de altura y una anchura media de 200 metros y máxima de 500 metros con una superficie de 129.260 m².
Al otro lado de la duna, en el extremo oeste de la Cala del Tesorillo se encuentra la zona conocido como el Ancón y también como Anclón, en el comienzo de Punta Camarinal. El topónimo del Anclón puede guardar relación con un antiguo fondeadero de embarcaciones. Según investigaciones arqueológicas existen en la inmediaciones algunos detalles en la roca que quizás pudiesen ser relacionados con los sistemas de anclaje de un embarcadero romano. Parece que en este lugar pudo haber un fondeadero y una pequeña factoría de salazones en época romano-republicana.
En el comienzo de Punta Camarinal nos encontramos a nuestra izquierda con la casamata (búnker) del Anclón. Anteriormente a éste, exisitió la Batería del Ancón de Bolonia, que son los diferentes nombres que recibió a lo largo de su corta existencia. Construida en los años iniciales del siglo XIX como una batería a la barbeta, era capaz de cuatro cañones de 24 libras con el equipamiento habitual para servidores y material. Los ingleses la tomaron en 1808, arrojando su artillería al escarpado de su frente y volando parcialmente sus instalaciones por la molestia que les causaba. En 1821 se presupuestaba su reparación en 250.000 reales, respetable cantidad que da idea de su deterioro. Aun así, se aconseja su reconstrucción por las innegables ventajas que proporcionaría este punto fuerte: defender la ensenada y cala de Bolonia de los desembarcos enemigos, prestar cobertura a los mercantes acosados y activar el comercio de las poblaciones de la costa (extraido de "Almenaras en las costas de Tarifa (II), de Ángel Sáez Rodríguez).
Hasta hace poco aún se podían ver los cañones desde el acantilado. Aunque no lo he podido comprobar dicen que se recuperaron y están en el Museo de Cádiz.
Foto de los cañones cedida por Juanlu González
En las proximidades y fuera ya del sendero existe una necrópolis rupestre con un conjunto de sepulturas conocidas como "las tumbas antropomorfas del Anclón. Se conocía la existencia de cinco tumbas distribuidas en dos grupos y posteriormente han sido documentadas un total de 13. Aquí vemos un primer grupo de 4 de las que solo una es fácil de distinguir. Las demás están invadidas por los matorrales y semicubiertas de tierra.
Unos 100 metros mas al sur y al borde del acantilado se encuentra otro grupo de 3. Los autores no se ponen de acuerdo en la datación de estas tumbas. Hay argumentos para ubicarlas en la época hispanovisigoda, especialmente en el siglo VII, si bien este modo de enterramiento perduró en época medieval, relacionadas con el mozarabismo y los reinos cristianos. Por otro lado, para liar mas la cosa, también existen sepulturas similares en la necrópolis tardorromana de la ciudad de Baelo, aunque no talladas en los afloramientos calcareníticos.
Continuamos el camino siempre lo más cercano al acantilado.
Tras recorrer unos 500 metros, llegamos a una de las canteras de Baelo Claudia. Aquí se extraía la calcarenita, "la piedra tosca del mar" o "piedra ostionera", que se encuentra en la vertiente meridional de la Loma de San Bartolo y aquí en Punta Camarinal. Se tallaba en grandes bloques y producía pocos desperdicios quedando visibles los tajos de la cantera. Se empleaba para los elementos sustentantes de los edificios, columnas, apeos, jambas, capiteles, etc.
Pero aun no se han descubierto las canteras donde se extraían las areniscas y las calizas, la llamada "piedra jabaluna", conocida acatulmente como "la piedra o losa de Tarifa" y que se utilizaba para los mampuestos de la mayoría de los muros, losas de las calles, peldaños de las escaleras y los umbrales de las puertas. Quizás la razón de que no se hallan encontrado sea que estén enterradas baja masas de gravilla que tapizan las pendientes de la Sierra de la Plata y de la Loma de San Bartolomé, ya que la extracción de esas duras rocas, que están formadas por capas finas y se suelen saltar, deja abundantes escombros.
Al pie de la cornisa se puede ver el talud de escombros formado por los materiales de desecho de la explotación.
Al parecer los materiales extraidos de algunas canteras debieron ser transportados en barcas mediante la instalación de unas rampas para bajar los grandes sillares hasta la orilla, donde se debió labrar un pequeño embarcadero en las areniscas que afloran en la playa cuando la marea está baja.
Continuamos por el borde del acantilado sorteando algunos desniveles y llegamos a la cantera romana de la Cala de la Galera.
La cantera de la Cala de la Galera es impresionante.
Al pie de la cornisa de estos tajos de piedra calcarenita aun podemos ver restos de sillares bien labrados y que quedaron sin ser transportados.
Aquí se tiene la sensación de haber viajado a otra época y a otro lugar.
No debemos traspasar la alambrada que delimita la zona militar.
En la cara oeste de la Punta Camarinal está la playa del Cañuelo.
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