El yacimiento de la ciudad íbero-romana de Sierra Aznar está situado en el término de Arcos de la Frontera (Cádiz). El interés de este emplazamiento radica en la gran obra hidrálica o castellum aquae, construida para aprovechar el agua de los abundantes manantiales del cerro donde se ubica. De este conjunto lo mas impresionante es la cisterna de almacenamiento o caput aquae, con una capacidad aproximada para dos millones de litros de agua. El asentamiento domina las fértiles vegas del Guadalete y el Majaceite, grandes vías de comunicación en época romana y de gran importancia estratégica.
Se conoce muy poco de esta ciudad romana que algunos autores la han querido identificar, aunque sin ninguna base científica contrastada, con Calduba, a partir de textos conservados del geógrafo Ptolomeo. Aunque hubo presencia de población turdetana en la zona, la mayor parte de los elementos cerámicos aparecidos corresponden al periodo romano, correspondiente a un periodo de ocupación desde el siglo II-I a. C., hasta los siglos III-V d. C. También apareció material correspondietne a los siglos XII y XIII.
El yacimiento está incluido en la "Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos", un itinerario creado para acercar al viajero al pasado más remoto, ayudándole a conocer y comprender los pueblos y civilizaciones que nos precedieron. Tras las obras de puesta en valor, excavación, consolidación, señalización, infraestructura turística, etc., de varios yacimientos arqueológicos, hoy día se encuentran en el mas completo abandono.
Las paredes de cualquier estructura hidráulica (aljibes, cisternas..) se cubría de opus signinum, un aparejo formado por un mortero de cal, arena y fragmentos pequeños de roca silícea que se apisonaba para compactarlo.
La cisterna de acumulación o caput aquae es un gran depósito con capacidad para almacenar hasta dos millones de litros de agua (1.910 m3). Esta gran capacidad quizás superaba las necesidades de abastecimiento de la población y se piensa que también podría suministrar agua a otros lugares mas lejanos. Las teorías que se manejan dicen que pudo aportar agua al acueducto de Gades (Cádiz) que partía del Tempul.
La gran cisterna, conocida también como Baño de la Reina, es de planta cuadrada, con unas dimensiones de 20 x 19 m y una profundidad de 5 m. Los gruesos muros aguantaban la presión que ejercían los dos millones de litros de agua. El revestimiento también es de opus signinum como en la pequeña cisterna que vimos anteriormente.
El muro oriental está adosado a la pared rocosa y posee un recodo con revestimiento liso sin mampuestos, por donde descendería en cascada el agua que brotaba de los manantiales situados mas arriba. Actualmente la capa freática estaría mucho mas baja y el agua ha dejado de manar en esa zona.
Acercándonos a el, parece que pudo haber una especie de pozo que ahora está colmatado. Quizás por aquí descendía el agua para llegar a la siguiente estructura situada mas abajo, proceso que facilitaba el desnivel del terreno.
Pero antes de descender hacia la siguiente estructura hidráulica, continuamos subiendo por la ladera para ver otros elementos posiblemente relacionados con la captación del agua. Lo primero que encontramos son los restos de un muro que podría rodear y proteger todo el castellum aquae.
Subimos un poco mas hacia la cima (no sima) del monte entre numerosos y pequeños bloques de piedras que podrían pertenecer a alguna estructura o edificación derruida.
Llegamos arriba, al borde de una estructura troncocónica conocida como "el cucurucho". Se cree que aquí pudo haber alguna torre de vigilancia o bastión defensivo.
El fondo del cono o "cucurucho" está colmatado por el derrumbe de los materiales de sus paredes. Esta estructura fue realizada por una pared de piedras trabadas con arcillas, posiblemente para facilitar la recogida de agua de lluvia. Se cree que actuaba como sistema de captación de aguas pluviales que alimentarían el acuífero y a un posible canal que drenaba en la cisterna de almacenamiento.
Abandonamos la cima del monte y descendemos. Una vez pasada la cisterna de acumulación, ladera abajo, a unos 50 metros de distancia y 15 m. de desnivel se encuentra situada la segunda estructura hidráulica: las cisternas de decantación o piscinae limariae.
El conjunto de cisternas de decantación o piscinas limarias (piscinae limariae) son las depuradoras de la época romana. Está formado por doce depósitos adosados, diez de planta cuadrada y dos rectangulares. La función de las piletas cuadradas era la de control de la presión del agua recibida y la decantación de las partículas en suspensión. Se llaman limarias porque eliminaban el limo y otras impurezas del agua.
Las cisternas han perdido las bóvedas que las cerraban. Se encontraban comunicadas entre si, de manera que el agua rebosaba y entraba en la siguiente, y así sucesivamente. No se comunicaban por estas aberturas tan grandes, que al parecer fueron hechas posteriormente para utilizarlas como cobertizos para el ganado, cuando ya no cumplía su función hidráulica.
En el otro extremo se ubican las dos piletas rectangulares que almacenarían el agua ya limpia. Hasta hace poco tiempo conservaban las tuberías de plomo.
Posiblemente esta canalización llevaba una parte del agua limpia de las ultimas cisternas hasta alguna fuente situada en el exterior del muro.
Continuamos descendiendo por la ladera y a unos 40 metros de distancia y 25 m de desnivel se encuentra la última de las tres estructuras hidráulicas: la cisterna terminal o cisterna de distribución del Castellum Aquae. Aquí llegaba el agua ya depurada procedente de las piscinas limarias.
La cisterna terminal o cisterna de distribución es de planta trapezoidal y su pared mas larga mide 17 metros. la altura media es de unos tres metros. El agua aquí almacenada debía repartirse a los distintos lugares como a las fuentes públicas, los campos de cultivos, termas o baños públicos, talleres e industrias, etc.
Nos alejamos un poco y podemos ver mas arriba las cisternas de decantación (piscinae limariae), cuyas aguas ya decantadas y limpias pasaban a esta.
Ortofoto del yacimiento de Sierra Aznar.
El yacimiento está incluido en la "Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos", un itinerario creado para acercar al viajero al pasado más remoto, ayudándole a conocer y comprender los pueblos y civilizaciones que nos precedieron. Tras las obras de puesta en valor, excavación, consolidación, señalización, infraestructura turística, etc., de varios yacimientos arqueológicos, hoy día se encuentran en el mas completo abandono.
El centro de interpretación y visitantes, en estado de abandono progresivo.
Una calzada empedrada invadida por los arbustos nos acercará al yacimiento.
A nuestra derecha comenzamos a ver restos de construcciones.
Restos de una cisterna o aljibe.
Gran parte del yacimiento está inmerso en un extenso acebuchal.
Llegamos a lo que posiblemente fue la muralla que rodeaba la ciudad íbero-romana.
Y aquí pudo estar ubicada la puerta de entrada a la ciudad.
Muy cerca encontramos lo que podría ser el gozne de una de las puertas.
También en las cercanías se encuentran los restos de una cisterna o aljibe. En las ciudades romanas algunas viviendas disponían de cisternas donde recoger y almacenar el agua de lluvia.
Las paredes de cualquier estructura hidráulica (aljibes, cisternas..) se cubría de opus signinum, un aparejo formado por un mortero de cal, arena y fragmentos pequeños de roca silícea que se apisonaba para compactarlo.
Creo que es el único cartel que queda en pie, aunque imposible de leer.
Nos dirigimos a la parte alta para conocer primero la cisterna de acumulación o caput aquae.
La cisterna de acumulación o caput aquae es un gran depósito con capacidad para almacenar hasta dos millones de litros de agua (1.910 m3). Esta gran capacidad quizás superaba las necesidades de abastecimiento de la población y se piensa que también podría suministrar agua a otros lugares mas lejanos. Las teorías que se manejan dicen que pudo aportar agua al acueducto de Gades (Cádiz) que partía del Tempul.
La gran cisterna, conocida también como Baño de la Reina, es de planta cuadrada, con unas dimensiones de 20 x 19 m y una profundidad de 5 m. Los gruesos muros aguantaban la presión que ejercían los dos millones de litros de agua. El revestimiento también es de opus signinum como en la pequeña cisterna que vimos anteriormente.
El muro oriental está adosado a la pared rocosa y posee un recodo con revestimiento liso sin mampuestos, por donde descendería en cascada el agua que brotaba de los manantiales situados mas arriba. Actualmente la capa freática estaría mucho mas baja y el agua ha dejado de manar en esa zona.
Otro ángulo de la gran cisterna también forma un recodo.
Acercándonos a el, parece que pudo haber una especie de pozo que ahora está colmatado. Quizás por aquí descendía el agua para llegar a la siguiente estructura situada mas abajo, proceso que facilitaba el desnivel del terreno.
Pero antes de descender hacia la siguiente estructura hidráulica, continuamos subiendo por la ladera para ver otros elementos posiblemente relacionados con la captación del agua. Lo primero que encontramos son los restos de un muro que podría rodear y proteger todo el castellum aquae.
A escasos metros, junto a los restos de otro muro se encuentra esta sima.
Subimos un poco mas hacia la cima (no sima) del monte entre numerosos y pequeños bloques de piedras que podrían pertenecer a alguna estructura o edificación derruida.
Llegamos arriba, al borde de una estructura troncocónica conocida como "el cucurucho". Se cree que aquí pudo haber alguna torre de vigilancia o bastión defensivo.
El fondo del cono o "cucurucho" está colmatado por el derrumbe de los materiales de sus paredes. Esta estructura fue realizada por una pared de piedras trabadas con arcillas, posiblemente para facilitar la recogida de agua de lluvia. Se cree que actuaba como sistema de captación de aguas pluviales que alimentarían el acuífero y a un posible canal que drenaba en la cisterna de almacenamiento.
Desde aquí arriba tenemos una bonita vista del pantano de Gaudalcacín.
En una de las paredes exteriores del "cucurucho" vimos los restos de una conducción que posiblemente era la que derivase parte de las aguas pluviales del ·cucurucho" hacia el Caput Aquae.
Abandonamos la cima del monte y descendemos. Una vez pasada la cisterna de acumulación, ladera abajo, a unos 50 metros de distancia y 15 m. de desnivel se encuentra situada la segunda estructura hidráulica: las cisternas de decantación o piscinae limariae.
El cartel está siendo engullido por un acebuche.
El conjunto de cisternas de decantación o piscinas limarias (piscinae limariae) son las depuradoras de la época romana. Está formado por doce depósitos adosados, diez de planta cuadrada y dos rectangulares. La función de las piletas cuadradas era la de control de la presión del agua recibida y la decantación de las partículas en suspensión. Se llaman limarias porque eliminaban el limo y otras impurezas del agua.
Las cisternas han perdido las bóvedas que las cerraban. Se encontraban comunicadas entre si, de manera que el agua rebosaba y entraba en la siguiente, y así sucesivamente. No se comunicaban por estas aberturas tan grandes, que al parecer fueron hechas posteriormente para utilizarlas como cobertizos para el ganado, cuando ya no cumplía su función hidráulica.
Por encima de las cisternas y en el interior del muro transcurre un pequeña canalización.
Posiblemente esta canalización llevaba una parte del agua limpia de las ultimas cisternas hasta alguna fuente situada en el exterior del muro.
Unos metros mas arriba de las cisternas se encuentra este muro.
En el podemos ver dos hornacinas.
Ortofoto
Desde estas piscinae limariae se puede ver mas abajo la cisterna terminal o de distribución.
Continuamos descendiendo por la ladera y a unos 40 metros de distancia y 25 m de desnivel se encuentra la última de las tres estructuras hidráulicas: la cisterna terminal o cisterna de distribución del Castellum Aquae. Aquí llegaba el agua ya depurada procedente de las piscinas limarias.
La cisterna terminal o cisterna de distribución es de planta trapezoidal y su pared mas larga mide 17 metros. la altura media es de unos tres metros. El agua aquí almacenada debía repartirse a los distintos lugares como a las fuentes públicas, los campos de cultivos, termas o baños públicos, talleres e industrias, etc.
En la pared occidental aun se aprecia la galería por la que el agua salía al exterior.
La galería de salida vista desde fuera.
El interior del specus.
Nos alejamos un poco y podemos ver mas arriba las cisternas de decantación (piscinae limariae), cuyas aguas ya decantadas y limpias pasaban a esta.
Mas abajo hay restos de la muralla.
Sillar
Quizás por aquí transcurría el acueducto que distribuía el agua por las villae del entorno.
Esquema de la captación, decantación y almacenaje del Castellun Aquae de Sierra Aznar.
Dibujo extraido del "cuaderno de actividades de la Junta de Andalucía (ciudades romanas de la Sierra de Cádiz)".
Ortofoto del yacimiento de Sierra Aznar.
Hay que ver la historia que tenemos y los siglos que estan detras nuestro. Cuando se asentaron en estas tierras y existia una civilizacion tan desarrollada sera por algo. Lo da la tierra?. NUestra tierra es rica, rica en todos los sentidos. Una pena que no sepamos valorarla en su justa medida...
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