En el paraje conocido como Dehesa de la Fantasía se encuentran los vestigios de la población romana de Saepona o Vsaepo, ubicada en el actual término municipal de Jerez de la Frontera (Cádiz) y muy próxima a la linde con Cortes de la Frontera (Málaga).
Para hablar de la antigua Saepona es imprescindible mencionar la figura del Cura de Cortes, D. Francisco Javier Espinosa y Aguilera.
No hay datos exactos sobre el lugar y la fecha de nacimiento de Francisco Javier Espinosa y Aguilera, arcipreste de Cortes de la Frontera (Málaga), teólogo y comisario del Santo Oficio. Fue uno de los miembros del círculo ilustrado de Málaga, cuyo principal exponente fue Cristóbal de Medina-Conde, condiscípulo de Espinosa y Aguilera, y a quien este le dedicó la obra que a continuación menciono.
Portada de la obra de Cristóbal de Medina-Conde, dedicada a Espinosa y Aguilera, del que fue condiscípulo.
El origen de esta obra estuvo motivado por el hallazgo, en 1760, conteniendo una inscripción conmemorativa dedicada al emperador Marco Aurelio efectuada por los habitantes de Saepo, una ciudad mencionada por Plinio, pero de la que se desconocía su ubicación exacta. El primero en publicar el hallazgo fue Patricio Gutiérrez Bravo, el cura de Arahal, en su obra Noticia geográphico histórica de una inscripción descubierta por septiembre de 1764 en el término de la villa de Arahal y de otras piedras y medallas geográphicas inéditas (Sevilla, 1765), que ubicó la ciudad de Saepo/Saepona en el "Despoblado de La Fantasía". Ello provocó un importante intercambio de correspondencia entre Patricio Gutiérrez Bravo y Francisco Javier de Espinosa y Aguilera, quien en octubre de 1765 escribió una carta al cura del Arahal, en la que sostenía que éste había cometido varios errores en la ubicación del hallazgo y en la transcripción de la inscripción. Posteriormente, y por medio de unas cartas dirigidas a Cristóbal de Medina-Conde, publicadas en la Gaceta de Madrid, volvió a rebatir las teorías de Gutiérrez Bravo, haciendo públicas todas sus críticas y errores mantenidos por éste.
Transcripción del epígrafe que Patricio Rodríguez Bravo mostró a Francisco Javier Espinosa y Aguilera, en la que este sostenía que había cometido varios errores.
En la inscripción de Patricio Rodríguez Bravo, donde se lee RESPVB. V. SAEPONENSIVA
resultó ser: RESPVB(ublica) VSAEPONENSIUM
".... y la copia del Autor del Papel nos encaja un SAEPONENSIVA, adejtivándolo de Saepona, que no se encuentra ni en la raíz, ni en regla alguna de Gramática. A Saepóna, hago juicio, le corresponde, segun reglas, Saeponensis, Saeponense, genitivo de plural Saeponiensium, de que hay muchos ejemplares, que omito por tribiales; pero Saeponensivus, Saeponensiva, Saeponensivum, solo en un yerro como el de nuestro Grabador, ó en el tiempo en que decayó la latinidad, se podia pensar; por esto la comprehensión del Señor Bravo le notó al margen: Forte Saeponiensum; en una palabra, dudó de esta latinidad: Ne forte hoc magnum, ac memorabile videatur. Y así, no forte, sino Cerrissime Saeponensum.."
"... Esta era una de las razones, que debieron suspender á mi Maestro, hasta informarse mejor, como lo hizo la profundisima erudición del verdadero Maestro Florez, para no dar al Público la noticia Saepona, fin instruirle fundamentalmente de la legitimidad del original; porque de los contrario, queda siempre en duda la hermosura de la Inscripción. Lo mismo le sucede en el nombre del primer Procurador, á cuyo cuidado le puso esta Dedicatoria, como lo produce el paralelo de ambas copias."
".... La piedra, que tiene la longitd, y latitud, que refiero el número 88, solo se labró por la mano izquierda, alto, y baxo de la fachada: por la mano derecha no se niveló; se quedó como salió de la madre: al exarar el Saeponensium no cupieron las dos piernas de su última consonante; pero abrieron la segunda del medio de la M, de modo, que con mediana inteligencia se conoce es M, y no A: es verdad no la divide la raya de enmedio, que le supone á ésta, como á las demás AA, el Señor Bravo: pero el arranque, y formación de este caracter no nos deja género de duda; como tampoco en que si las siglas, ó abreviatruras tuvieran puntos, el tiempo los ha borrado. Vivo está el original; mas de seis Presbyteros de esta villa lo han registrado;"
La polémica subió de tono con la publicación de la obra aquí analizada, compuesta de cuatro cartas; en la primera de las cartas se contenían los ataques más fuertes a su persona, por la escasa difusión del presbítero arahalense, por las equivocaciones en la transcripción del epígrafe y en la ubicación del hallazgo, que Espinosa conocía de primera mano por su visita al lugar. Como argumento de la veracidad de sus teorías, ponía como ejemplo la información facilitada por Rodrigo Caro sobre la ciudad. Por su parte Gutiérrez Bravo se vio obligado a publicar "La antigua Saepona restituida a su verdadero sitio. Carta apologética que dirige a un amigo D. Patricio Gutiérrez Bravo, presbytero del Arahal, sobre las cuatro cartas de D. Francisco Javier de Espinosa y Aguilera, cura de la villa de Cortes (Sevilla, 1771)". No sería sino hasta un siglo después, cuando Emil Hübner, epigrafísta, arqueólogo e historiador alemán, pudo ubicar correcta y definitivamente la antigua Saepo en el "Despoblado de La Fantasía", en el municipio de Cortes de la Frontera, acabando con todas las polémicas existentes hasta el momento.
**************************
Como ya comenté, en la inscripción de Patricio Rodríguez Bravo, donde se lee RESPVB. V. SAEPONENSIVA resultó ser: RESPVB(ublica) VSAEPONENSIUM
Plinio situa la ciudad de SAEPO en el Conventus Hispalensis y en la región de la Beturia Céltica. También habla de otra ciudad con nombre parecido, Vsaepo, y la incluye en el Conventus Gaditanus.
Durante mucho tiempo se pensó que las dos citas de Plinio (Saepo y Vsaepo) correspondían a una misma ciudad, hasta el descubrimiento del pedestal de Olvera.
Durante mucho tiempo se pensó que las dos citas de Plinio (Saepo y Vsaepo) correspondían a una misma ciudad, hasta el descubrimiento del pedestal de Olvera.
En la primavera de 1982, en una finca situada a dos kilómetros, el cortijo Vistalegre, en el término municipal de Olvera (Cádiz), se recuperó un cipo reutilizado en una villa bajoimperial con la inscripción funeraria de M. Clodius Rufinu que hace referencia a la ciudad de SAEPO:
IMP(eratori) CAES(ari) D[ivi Ner]
VAE F(ilio) NE[rv]AE TRAIANO
[optimo a]VG(vsto) GER(manico) DACI-
CO. PART(h)ICO PONT(ifici) MAX(imo)
TRIB(unicia) POT(estate) XIIX IMP(eratori)X
CO(n)S(uli) VI P(atri) P(atriae)
RES P(ublica) SAEPONENSIVM
STATVAM TRIUMP(h)ALEM
EX D(ecreto) D(ecurionum) DEDIT
"En honor del Emperador César Nerva Trajano, hijo del divino Nerva, Óptimo, Augusto, Germánico, Dácico, Pártico, Pontífice Máximo, en su decimoctava potestad tribunicia, aclamado Emperador por décima vez, cónsul en seis ocasiones, y Padre de la Patria, la República de los Saeponenses erigió una estatua por decreto de los Decuriones" |
Esta inscripción permitió aclarar definitivamente el dilema. Plinio tenía razón, se trata de dos ciudades distintas ubicadas donde Plinio decía, una al Norte, Saepo, en el Conventus Hispalensis, en las proximidades del cortijo de Vistalegre, posiblemente en el Cerro de la Botinera (Algodonales,) y otra mucho más al sur, Vsaepo (Saepona), en el Conventus Gaditanus, en la Dehesa de la Fantasía, término de Cortes de la Frontera.
Desde el carril que transcurre paralelo a la Loma de los Cerquijos, en el término de Cortes de la Frontera (Málaga), continuamos por la Cañada Real de los Bueyes de Ronda, que nos llevará hasta la proximidades del Cerro de la Fantasía o Peñón de Benajú del que vemos su cara sur. Aunque la Cañada es un camino público, atraviesa una finca privada y debemos contar con el permiso del propietario en caso de andar fuera de dicha cañada.
Cercano a la base del cerro, en una pequeña llanura, se encuentra el vestigio mas importante, visible y casi único de la población romana de Saepona o Vsaepo, lo que posiblemente fue un MAUSOLEO.
"... Azia la parte de Ronda no hay la dilatada llanura que se supone, sí un corto llano, quasi como el que está dentro de las puertas al pie del Peñon, y en el que no se encuentran mas ruinas de antigua Poblacion, que dos paredes de quatro varas de alto, y como media de ancho, con quatro de fondo. Al todo de este aposento, ó quarto, que despues sabrá Vm. lo que es, sigue un cerro..."
".... ázia la parte de Ronda, está el edificio que describí número 20, con dos paredes en quadro, que tienen de altura quatro varas de alto, y cada una de ellas como media de ancho, con una cornisa todo alrededor poco antes del remate, que es realmente un Gymanfio inverso, especie de corono Dórica, y de piedra arenisco de la cantera que yá dixe;"
"... mas en la esquina que mira al Mediodía (que es la única que permanece solo por las junturas de las misma cornisa, porque debaxo de ella entra, y sale, por las junturas que tendrian estos dos lienzos, un hombre bien grueso) tiene como hermosura unos remates Jónicos en forma de Epyftiylio, que hermosean, y adornan mucho la obra: siendo estos dos lienzos de pares solo el que mira á Oriente, y Mediodía;..."
Junto a la estructura ha crecido un acebuche que quizás ayude a sujetar una de las dos paredes que quedan, o quizás todo lo contrario, a derribarla.
"... pues el de Poniente, y Norte ó Levante, con los que se acaba de formar el quarto, han perecido totalmente, hasta sus piedras, que no se encentra una en todo el llano..."
".... y á la media vara, poco mas, se hallaron tres losas, quasi iguales, de piedra jabaluna, pero labradas á síncél, y nos hallamos con un sepulcro, que miraba del Poniente al Oriente brumal, ó hiberno, con dos varas de largo, una de ancho, y una media de profundidad..."
"... sigue un cerro, que viene a estar paralelo con la muralla de piedra viva, todo de pizarra, poblado de matorrales, Chaparros, y Acebuches..."
"... Desde esta puerta, á otra que está a la izquierda como unos cinquenta pasos, se forma una muralla de piedra viva, y de la misma especie de jabalunos..."
En el cerro hay abundancia de "Anagrys Foetida", también conocida como hediondo ó altramuz del diablo, arbusto ó árbol caducifolio y tóxico. Debe su nombre (hediondo: que despide mal olor) al desagradable olor que desprende al ser frotado ("Anagyrim ne moveas", "no irrites al anagiris").
La corteza y las hojas contienen un alcaloide llamado citisina que produce vómitos, diarreas, dolores tipo cólico y deshidratación por pérdida de líquido. Las semillas también contienen otro alcaloide, la anagirina, muy tóxica y que actúa como depresor respiratorio.
Antiguamente pudo cultivarse para uso militar. Durante la Edad Media esta planta se utilizaba para envenenar las puntas de las flechas y lanzas, similar al curare que emplean los indígenas amazónicos. También su madera era muy buena para armar ballestas. Este uso puede explicar la concentración de esta planta en zonas próximas a castillos y fortificaciones.
".... Para subir á ella hay tres entradas, una bien ancha, con escalones hechos en la misma piedra..."
"... la subida que corresponde á la puerta de la derecha, era muy hermosa, tiene aún sus escalones muy anchos, puestos á mano, de piedra arenisca, traídos no de cerca, pues no la hay, y sí del puerto del Parralejo, en donde se conoce hubo cantéra, que se benefició en otro tiempo..."
"... Luego que llega á allanar el peñon, y la meseta de esta famosa escalera, hay algunos vestigios de masoneria: y aquí fue donde estuvo nuestra famosa piedra Dedicatoria, porque a los principios estaba en el plan de la izquierda, á el que solo podia tener caída, y al mismo pie del Peñon: yo la volqué, con ayuda de vecinos, para que el tiempo no acabase de borrar su inscripcion. Siempre que he vuelto, que han sido en otras dos ocasiones, la he encontrado, por la curiosidad que ha traído la notoriedad de mis viages á aquel sitio, puesta al tiempo, y para esto ha sido preciso que la hayan ido volviendo, con la ayuda de la cuesta abaxo; y así se halla oy bien retirada de donde cayó, y cerca de la entrada de la izquierda..."
Restos de cerámica.
Desde el cerro se controlaba todo el territorio que lo rodea.
Y eso es todo lo que podemos mostrar.
Os invito a ver la entrada que dediqué a Saepo: Asentamiento íbero-romano de Saepo
Para "acabar", aquí dejo algunos fragmentos de la obra "La Antigua Saepona hallada en su sitio, junto a Cortes, por el cura de dicha Villa":
- En el apartado de su "DESCRIPCION TOPOGRAPHICA de Saepona":
16. En la dehesa de la Fantasía, término de Xeréz de la Frontera, en la parte que confina con el de esta Villa, y dehesa del Parralejo, está el Peñon de Benajú, escarpado bastantemente por el Oriente, y Mediodia, que se levanta en forma de cóno, inclinado ázia la misma parte de Mediodia, teniendo de fondo, en lo mas alto, cinquenta y tres varas en quadro perfecto. Para subir á ella hay tres entradas, una bien ancha, con escalones hechos en la misma piedra. Esta oy no es facil, por caer ázia el mismo Mediodia, y baxar á el sitio, que llaman la Huerta: las otras dos caen á la parte del Norte. La derecha es oy dificil, hace cuesta arriba, y en el medio está á la izquierda la quicialera, labrada en la misma piedra, tres cuartas del plano que refiere el señor Bravo. Así lo alto de este vestigio, como de las piedras de vara, y mas de alto, que hay en toda esta entrada, nos manifiestan aquellas sandeces, que en otro tiempo nos decian en el tratado de Vegetationes Lapidum. Aquellas piedras, como los escalones de la entrada dicha al Mediodia, con los sucos oleosos, y salinos, mezclados con variedad con la tierra, han formado las piedras de esta entrada, han levantado las otras, y han hecho oy dificil este piso. La quicialera estaría al plan de la misma tierra, y los escalones de la otra entrada en perfeccion, é igualdad; pero oy yá está todo desfigurado.
17. Desde esta puerta, á otra que está a la izquierda como unos cinquenta pasos, se forma una muralla de piedra viva, y de la misma especie de jabalunos, que el Peñon, como toda la que hay por allí, que tendrán de altura tres estados por la parte de afuera, impenetrable, si no es por las puertas. Esta de la izquierda, como no logró una tierra de la misma especie, que las otras, pues es pizarrilla ligera, está sin piedras hasta cuatro, ó seis varas de su primera entrada; que yá siendo otro el terreno, han crecido los guijos, que en otro tiempo no habría, y han hecho poco vistosa esta entrada: en todo esto no hay mas pared que la referida, labrada por la misma naturaleza. Todas estas tres entradas son á un corto hueco que hay entre esta cerca, y el Peñon parte el llano, y parte que declina ázia esta última puerta de tierra muy jugosa, y de la mejor calidad con grano negro, y fertilisima: tendrá de largo hasta cien varas, y de ancho, por la parte que mas, del Peñon á la muralla (llamemosla así) hasta treinta. A estas dos puertas, que miran al Norte, corresponden otras dos, que suben á el Peñon: la de la izquierda está oy muy pendiente, y en lo alto permanecen diferentes pedazos de muralla, obra de Moros. (Sí, Señor, esta obra la hicieron los Moros, y no los Romanos) la subida que corresponde á la puerta de la derecha, era muy hermosa, tiene aún sus escalones muy anchos, puestos á mano, de piedra arenisca, traídos no de cerca, pues no la hay, y sí del puerto del Parralejo, en donde se conoce hubo cantéra, que se benefició en otro tiempo.
18. Luego que llega á allanar el peñon, y la meseta de esta famosa escalera, hay algunos vestigios de masoneria: y aquí fue donde estuvo nuestra famosa piedra Dedicatoria, porque a los principios estaba en el plan de la izquierda, á el que solo podia tener caída, y al mismo pie del Peñon: yo la volqué, con ayuda de vecinos, para que el tiempo no acabase de borrar su inscripcion. Siempre que he vuelto, que han sido en otras dos ocasiones, la he encontrado, por la curiosidad que ha traído la notoriedad de mis viages á aquel sitio, puesta al tiempo, y para esto ha sido preciso que la hayan ido volviendo, con la ayuda de la cuesta abaxo; y así se halla oy bien retirada de donde cayó, y cerca de la entrada de la izquierda.
19. El tajo, ó Peñon iba labrado á pico hasta subir á lo alto, en donde para allanarlo, por rematar en punta, deshicieron infinitos peñones gruesos, que pusieron en las orillas, para fortificarlo mas; por esto le sería costoso, y muy dificil manejar tales tajos: solo por la parte del Norte, inmediata á la escalera principal de la subida, tiene menos dificultad la entrada; mas de cualquier modo admira, cómo la naturaleza fortificó un sitio, que el arte lo haría con dificultad. Tiene por la parte del Norte su escarpa, y contraescarpa: por la del Oriente se conocen vestigios de un foso muy largo, y ancho, que llega hasta el sitio del Melonar, por lo que sería su entrada muy ardua; mas oy la artillería , y las bombas le darían mucho ruido desde el sitio de la Bovedilla, que le viene paralelo. En lo alto del Peñon se ven muchos escombros de texa, ladrillo, utensilios de casa, y otras cosillas; pero todo lo dexaron los Arabes.
20. Azia la parte de Ronda no hay la dilatada llanura que se supone, sí un corto llano, quasi como el que está dentro de las puertas al pie del Peñon, y en el que no se encuentran mas ruinas de antigua Poblacion, que dos paredes de quatro varas de alto, y como media de ancho, con quatro de fondo. Al todo de este aposento, ó quarto, que despues sabrá Vm. lo que es, sigue un cerro, que viene a estar paralelo con la muralla de piedra viva, todo de pizarra, poblado de matorrales, Chaparros, y Acebuches, que llega al llano que llaman del Melonar; y en todo èl no se encuentra otro vestigio de antigüedad, que una fuente reducida, hecha a mano, y con otra Romana, que está al Oriente, frente del Puerto de Campoy, y dehesa del Parralejo; y por la izquierda un camino, carril, ó cañada hecha á mano, que vá á dar á el llano del Melonar, y otro que sale de este al camino real de Cadiz, y hato de la Fantasía.
21. En el remate del llano del Melonar, ázia la misma parte de Ronda, cuyo llano tendrá la estendida de tres tiros de fusil en longitud, y uno y medio en latitud, á la izquierda, y principio de la cuesta que sube á la Bovedilla, que está en lo alto, se descubren algunos pocos cimientos de obras, ó casas, unas de Moros, y otras de Romanos, por lo que despues diré.
22. Entra la Bovedilla, que es una casa Romana, de quatro, ó cinco varas de largo, quasi dos de ancho, y dos y media de alto, que oy se mantiene en pie, con su techo. Cerca hay un vestigio de unos cimientos, que parece algive, aunque yo lo tengo por sepulcro, y es de dos de diámetro en cuadro: sigue un llano de un tiro de fusil por lo mas largo, y de menos de ancho, en cuyo medio hay algunos cantos areniscos labrados á mano; y el sitio paralelo al Peñon, desde donde decia se le podia unicamente hacer un corto servicio á los defensores. Debaxo del Peñon, en sitio que tiene al mediodia, y en su mayor altura, hay un edificio de cantería, obra Romana, que parece oy alberca, y tiene fuera de la tierra como media vara, cerca de una fuente muy copiosa, de la que se surtiría Saepóna: y vé Vmd. aquí todas las ruinas de antigua Poblacion, que se presentan á la vista.
23. Nosotros debemos tener mucho respeto, y urbanidad con los Jueces Reales. Este territorio es oy de Xeréz de la Frontera, por lo que, para hacer algunas excavaciones á mis expensas, escribí á mi amigo Don Juan Sanchez Tordecillas, en quien, como Alcalde mayor, residía la Jurisdiccion Real; y consiguiente a su equidad, y circunstancias, me concedió el permiso, con la condicion de que no se perjudicase á la arboleda: y así, diré á Vm. después lo que han producido las excavaciones, y cuidados mios en las inmediaciones de Saepóna; pero antes le he de concluír todas las particularidades de este territorio, que no dexará, como tan amante de este género de literatura, de gustar de ello, y mas, quando todo hará muy al caso à su tiempo.
- En el apartado de las EXCAVACIONES DE SAEPONA:
37. Cerca de éstos, á la izquierda (enmedio de aquella dilatada llanura), que, fin haver tal cosa, dice el Señor Bravo) ázia la parte Ronda, está el edificio que describí número 20, con dos paredes en quadro, que tienen de altura quatro varas de alto, y cada una de ellas como media de ancho, con una cornisa todo alrededor poco antes del remate, que es realmente un Gymanfio inverso, especie de corono Dórica, y de piedra arenisco de la cantera que yá dixe; mas en la esquina que mira al Mediodía (que es la única que permanece solo por las junturas de las misma cornisa, porque debaxo de ella entra, y sale, por las junturas que tendrian estos dos lienzos, un hombre bien grueso) tiene como hermosura unos remates Jónicos en forma de Epyftiylio, que hermosean, y adornan mucho la obra: siendo estos dos lienzos de pares solo el que mira á Oriente, y Mediodía; pues el de Poniente, y Norte ó Levante, con los que se acaba de formar el quarto, han perecido totalmente, hasta sus piedras, que no se encentra una en todo el llano, por mas que se diga se encuentran en él muchas ruinas de antigua Población: la cubierta cayó al fondo, dentro de la misma obra; pero solo permanece la mitad, que es una especie de arrefón vuelto al revés, de mucho tomo, que solo consiste en calcos de barro, y mucha mezcla de obra reticulata, que tiene la bobedilla, y común en los romanos de estas inmediaciones. Las paredes son de otra obra, de que habla Vitrubio en su capítulo 4, y de la que también solían usar los Romanos: es toda de pequeña piedra, puestas con orden, y mucha mezcla, y buena maxima comun en los romanos, y muy fundada en la mejor Arquitectura. Los cimientos tienen media vara de hondo, y consisten en dos piedras una sobre otra: la primera de poco mas de una tercia en quadro; y la otra, que forma sobre ella también el cimiento de menos cabida. Se mueven estos dos lienzos con poca fuerza; y es de admirar su duración con tan cortos cimientos, y poca anchura. Poco podía vanagloriarle el Moro que hizo la Torre de Juscar, y apunta Marmol, si hubiera registrado con cuidado la que vamos describiendo. El terreno es infructífero, por ser la tierra de pizarra, que en el Pais llaman Canchaliega, por lo que necesita de poco fondo en los cimientos; mas con todo admira la subsistencia. Si tuvo puerta este edificio, con cerca de quatro varas de fondo en quadro, es dificil de concebir, por el estado que oy tiene el terreno inmediato: está enmedio del llano, y forma desde lo alto del Peñón hermosa vista. En excavar este sitio, y el interior de esta cuadro, se gastaron los días 15, 16, y 17 de Mayo de dicho año 66, no solo por los operarios, que conduxe, sino por otras gentes del campo, que concurrieron, ayudando aá veces los Caballeros Eclesiásticos, y yo.
38. Se empezó la excavación arrimados al lienzo de pared, que está al Mediodia; pero se dió desde luego con una especie de argamafón, tan duro, que para sacarle algun corte con la barra, y azadones, costaba mucha dificultad; y picando fastantemente los soles, en la tarde del primer dia me detuve en el rancho de nuestra posada, fin presenciar la excavación: mas á la tercia de fondo se hallaron los trabajadores con dos texas unidad, con sus cárceles para este efecto, que parecian ser una misma: eran semejantes á las de pequeña marca que oy se usan, y su boca, que era lo ancho de las texas, tapaba un ladrillo, labrado para los mismo: en este hueco, dixeron los excavadores no haber hallada cosa alguna. Al siguiente dia se continuó rompiendo la argamasa, y á la media vara, poco mas, se hallaron tres losas, quasi iguales, de piedra jabaluna, pero labradas á síncél, y nos hallamos con un sepulcro, que miraba del Poniente al Oriente brumal, ó hiberno, con dos varas de largo, una de ancho, y una media de profundidad: estaba lleno, hasta cerca de una cuarta de la superficie, de materias quemadas, y entre ellas se reconocieron ser leña, huesos, ropa y tierra, todo con lo que estaba lleno el sepulcro, que a modo de un arca, con aquellos ladrillos, que dixe a Vm. llaman los Griegos Didoron, y describe Vitrubio, con un pie de largo, medio de ancho, y dos dedos de grueso, de que traxe algunos, excepto el lado de la cabecera, que formaba el quadro una piedra gruesa jabaluna y fin labor.
39. En todo este escombro, que contenia, no se halló cosa entera: diferentes pedazos de vidrio: un corazón, que cierto Lapidario de la Corte dixo ser de madreperla, y yo lo tengo por de vidrio esmaltado, el que tengo en mi Muséo: diferentes pedazas de barro, como de alguna vasija, que por no haberle encontrado su asa, los discurro el Prefericulo, que vemos en las medallas de Tiberio, de quien tengo algunas: moviendome también á este discurso el haverle encontrado uno entero en otro sepulcro gentil, en el sitio que llaman Fátima, cerca de Ubrique. Sea lo que fuese, nada mas se halló de raro en este sepulcro; por lo qué, y lo dilatado del terreno, debiendo hacerse en el Pueblo, y sistios impenetrables de las arboledas, y habiendo sido tan sesgraciado, que solo había ido á dar con los muertos, suspendí las excavaciones, hasta tiempo mas oportuno.
Puedo "enrollarme" mas y entrar en detalles, pero hay que echar el freno.
Genial el blog.
ResponderEliminarGracias.