El Castillo de Aznalmara o Castillo de Tavizna es una construcción militar de la época nazarí, de los siglos XIII-XIV, que se ubica en la cima de un cerro que domina la ribera del río Tavizna, lugar estratégico en los accesos a la serranía de Cádiz, en el término municipal de Benaocaz. Aznalmara estaba en la primera línea de defensa de la frontera occidental del reino nazarí.
Formaría parte de una red defensiva nazarí, junto con los de Olvera, Zahara, Setenil, Espera y Ubrique. Su situación estratégica le ponía en contacto visual con las cumbres de Ocuri (Salto de la Mora, Ubrique) e Iptuci (Cabezo de Hortales, Prado del Rey), los cuales enlazaban a su vez con Cardela y Matrera.
Su nombre podría considerarse como una derivación y transformación de "Hisn al Marur" y que una interpretación podría ser la de "fortaleza del agua amarga". "Azn" como registro toponímico romance de la Andalucía occidental proviene de "hisn", término que identifica al recinto fortificado militarmente. "Almara" podría ser una transformación de "al Marur", vocablo que tiene como significado principal "el agua", aunque con la particularidad de adjetivarla con "amarga", quizás en referencia a las aguas provenientes de los manantiales sulfurosos que se dan en Tavizna.
En la crónica árabe Rawd al Quirtas, escrita por Ibn Abi Zar en el primer tercio del S XIV, se puede leer que el meriní Abu Yaqub entregó al sultán nazarí Ibn al Ahmar en noviembre de 1293 una serie de fortalezas como recompensa por su ayuda. Seguramente la fortaleza de Aznalmara estuvo en el lote entregado por depender de la cora de Ronda.
Por la cerámica encontrada se puede pensar que el origen de Aznalmara fue un oppidum ibero. Fragmentos de terra sigillata nos indican, además, un posible asentamiento romano. Este asentamiento previo íbero-romano, dominando una zona con abundante agua y tierras fértiles en su entorno, constituyó un magnífico emplazamiento para los beréberes que llegaron a la sierra tras la ocupación de la península en 711. Ya en 1239 pasará a los nazaríes, tras un incierto periodo de dominación meriní. En 1410 será conquistada por las tropas castellanas acaudilladas por el infante Don Fernando. Tras la conquista se establece un contingente militar quedando como alcaide el arcense Pedro Mateos de Palacios, al haber demostrado gran valentía durante la conquista junto a sus gentes de Arcos. De nuevo fue tomada por los nazaríes y en 1485 pasa definitivamente a manos cristianas gracias al Marqués de Cádiz, tras la caída de Ronda, durante una fuerte ofensiva en la serranía desarrollada por un contingente militar proveniente de Jerez y Arcos.
Algunos años más tarde, en 1492, pasó gracias a la herencia dejada por Ponce de León a su hija Francisca. En el repartimiento llevado en el Señorío en 1502 por la duquesa de Arcos doña Beatriz de Pacheco Aznalmara no se repobló, quedando la fortaleza despoblada y absorbida su población por la Villa de Ubrique.
Aún le quedaría a esta fortaleza un breve periodo de vida útil, al asentarse en ella las tropas napoleónicas, de modo que fue escenario de la Guerra de la Independencia, como lo demuestra el hallazgo de una bayoneta francesa en el lugar.
La fortaleza actualmente se encuentra derruida, no obstante, quedan vestigios del alcázar, su torre del homenaje, red de muros defensivos y varios aljibes. Habría que incluirlo en la categoría de "Sajra" o puesto fortificado de pequeño tamaño emplazado en lugar estratégico. Por su aspecto podría encuadrarse en como de estilo granadino.
El acceso a la fortaleza se realiza por una entrada en doble recodo, que obliga al visitante a realizar dos giros de 90º. Su función era dificultar el paso del enemigo "embotellándolo" mientras los ballesteros o saeteros les hostigaban.
Mas arriba se encuentra la Torre del Homenaje.
En la cara oriental hay una entrada.
Panorámica del interior de la Torre del Homenaje. La estructura es cuadrada y originalmente era de dos plantas separadas por un falso techo de madera. Las almenas cubrían todos los flancos de la fortaleza.
En el piso inferior hay saeteras en las cuatro paredes.
Cisterna dentro de la torre
Campanula mollis entre las almenas.
Al otro lado hay una abertura que da acceso a la amplia explanada.
La explanada aun conserva restos de murallas y otras estructuras pertenecientes a la fortaleza.
Desde aquí se domina todo el Valle del río Tavizna y las cumbres que lo rodean.
Al otro lado y en el extremo occidental hay una pequeña torre de planta pentagonal que forma parte de un lienzo de muralla que cierra la fortaleza por su lado occidental. Se sube por una rampa que le fue añadida por las tropas Napoleónicas posiblemente para un emplazamiento artillero, durante su asentamiento en este lugar en la Guerra de la Independencia, demostrado por el hallazgo de una bayoneta francesa. Al oeste disponía de comunicación visual con el cerro Cabezo de Hortales (Iptuci) donde también hubo otra fortaleza nazarí.
En el extremo NW de la explanada se abre una poterna (puerta secundaria o vía de escape).
En el exterior y junto a la torre hay una gran alberca que recogía el agua de un manantial situado en este punto, siendo esta una de las estructuras de almacenamiento andalusí de mayores dimensiones en la Sierra de Cádiz.
En el centro de la explanada se encuentra este aljibe que estuvo cubierto por una bóveda de cañón. Posiblemente almacenaba agua procedente de la gran alberca.
La fortaleza desde la explanada.
Ortofoto y plano del Castillo de Aznalmara.
Al sureste vemos la Sierra del Caillo, de las Viñas y de Ubrique.
La fortaleza también mantenía contacto visual con Ocuri.
Benaocaz y el Caillo o Navazo Alto.
Al este tenemos toda la vertiente occidental de la Sierra del Endrinal.
Al suroeste la Sierra de la Silla.
Castillo de Aznalmara visto desde la pista.
Actualmente solo están permitidas las visitas los martes de 8:00 a 14:00.
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