"La villa de Zahara está empinada sobre una peña tajada que sólo tiene entrada por una parte al poniente, donde tiene una parte fortísima, con torres, baluartes, murallas y otras fortificaciones; por todas las demás partes es altísima la peña, de modo que a los que miran desde las casas da miedo mirar hacia el suelo, y las aves yacen a veces debajo. Las calles están picadas y hechas a fuerza de picos y de escodas, y muchas de las casas labradas en la misma peña; y por la mayor parte de ellas se va subiendo por escaleras cavadas en la misma peña. Es esta villa el lugar más fuerte de España por su naturaleza y grande aspereza, pues a las mujeres de esta condición llaman zahareñas."
Pedro de Gamaza y Romero de Aragón, siglo XVII |
La palabra Zahara quizás provenga de la castellanización del topónimo Al-Sajra, que significa peña fortificada y hace referencia a todas aquellas fortificaciones situadas en un cerro. Zahara de la Sierra está situado en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz y dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema.Su término municipal contiene zonas de gran interés natural.
A raíz de los restos arqueológicos encontrados, el término de Zahara de la Sierra hunde sus raices en la Prehistoria, pero es de la Edad del Hierro, con el poblamiento íbero-turdetano, cuando comenzamos a tener mas datos. De todos modos se conoce muy poco sobre los hechos poblacionales más antiguos, particularmente los anteriores al momento de la conquista y posterior dominación musulmana. También se han encontrado restos de época visigoda, principalmente estructuras funerarias y epígrafes.
Plinio la identificó con la antigua Lastigi y la situaba en el Conventus Juridicus de Gades, distinguida por el fuero del Lacio antiguo; mientras que otros autores antiguos (Luis de Igartuburu, Pascual Madoz, Rodrigo Caro, Antonio Polay, Mariano Pedrero Pérez) opinan que el asentamiento inicial fue celtíbero y que, más tarde, pasó a llamarse Lastigi por el Imperio Romano.
Tras la invasión musulmana que sufrió la Península Ibérica en 711, un nuevo orden territorial comenzó a fraguarse. El pueblo de Zahara, al-Sajra Abbad, se vio inmerso en las luchas entre los reinos castellanos y los poderes de Al Andalus.
El primer asentamiento medieval fue una fortaleza islámica. Entonces sus habitantes eran soldados musulmanes principalmente y el poblado se correspondería con el tipo acuartelamiento militar con pocas casas y mayoría de estructuras móviles de campamento. El mayor esfuerzo constructivo recayó sobre la defensa: una potente cerca urbana y torres, apoyadas por la altura de la peña.
Documentalmente la primera noticia que nos hace referencia a la villa y fortaleza de Zahara se remonta a 1282, cuando el rey castellano Alfonso X "El Sabio" solicita una entrevista con el sultán de Marruecos Aben Yusef, a quien pide ayuda para combatir a su hijo, el futuro rey Sancho IV "El Bravo", que se le había sublevado.
En la época nazarí Zahara era de vital importancia para ambos bandos, ya que, debido a su posición, ejercía un punto de vigilancia básico, amén de ser un centro operativo de primer orden en cuanto a organizar rápidas hostilidades fronterizas.
En el año 1407 se produce la primera toma cristiana de Zahara, cayendo también Pruna y Torre Alháquime, por parte del infante Don Fernando "el de Antequera". Esta ocupación durará hasta el año 1481 en que es recuperada por parte nazarí aunque por poco tiempo, ya que tres años después, en 1482, se produce la conquista definitiva por parte castellana, personalizada en la figura de Rodrigo Ponce de León.
Conquistado definitivamente el Reino de Granada, Rodrigo Ponce de León, Marqués de Cádiz, inicia la construcción de los edificios mas relevantes y simbólicos de la villa: la Torre del Homenaje, la Iglesia mayor y la Puerta de la villa. Igualmente, las murallas nazaríes son objeto de reformas y arreglos debido a su precario estado. La fortaleza fronteriza se transforma finalmente en Villa cristiana; desparece el peligro bélico y aumenta su población.
La dureza de la cima se va haciendo menos necesaria y durante los siglos XVI y XVII se amplia poco a poco extramuros. Pasado el Arco de la Villa se construyen nuevas casas y plazas en la ladera. El pueblo en estos momentos no era excesivamente grande, pues a las dificultades de repoblar la frontera se sumaron las epidemias de peste del siglo XVII, que impidieron el crecimiento normal de la ya menguada población.
Grabado de Georgius Hoefnagle. Zahara de la Sierra hacia el siglo XVI.
Un grabado de 1811 realizado por Cipriano Mauleón, conservado en la cartoteca histórica del Servicio Geográfico del Ejército, describe un episodio local de la Guerra de la Independencia al que acompaña un dibujo de la planta y otro de una perspectiva frontal de la Villa de Zahara, en la que aparece la ubicación de tres elementos arquitectónicos de interés: el castillo (Torre del Homenaje), la torre ábside de la antigua Iglesia mayor y la torre-puerta de entrada a la Villa.
Si bien en los siglos anteriores el crecimiento urbano había sido generalmente lento y regular el siglo XX irrumpe en Zahara con un importante desarrollo urbano a partir fundamentalmente de la segunda mitad. En el siglo XX y en el XXI el pueblo ha duplicado prácticamente su población, ampliándose por toda la ladera de la peña y ocupando ya las zonas llanas cercanas al pantano.
Zahara de la sierra vista desde el Embalse de Zahara - El Gastor.
Comenzamos nuestra visita a la Villa Medieval desde la Plaza de Zahara donde también se encuentra el Punto de Información.
Subimos por la calle El Fuerte.
Que acaba donde comienza la Puerta de la Villa.
La Puerta de la Villa, ubicada al final de la calle El Fuerte y al inicio de la subida hacia el yacimiento, se encuentra entre lienzos de muralla considerados de época islámica. Conserva los dos paramentos laterales y el arranque del arco de bóveda de cañón. Junto con la torre del Homenaje constituye una de las construcciones cristianas de mayor envergadura que se conservan en la Villa y posiblemente de la misma cronología: finales del siglo XV o principios del XVI.
El gran grosor de los dos paramentos laterales induce a pensar que recibiría una carga importante, y por tanto tendría una altura considerable con dominio de la verticalidad. Los dos paramentos laterales aguantarían un cuerpo superior sobre el arco, del que se desconoce su fábrica y altura.
Un grabado de 1811 describe un episodio local de la guerra de la independencia al que acompaña un dibujo de la planta y otro de una perspectiva frontal de la Villa de Zahara, en la que aparece la ubicación de tres elementos arquitectónicos de interés: el castillo (Torre del Homenaje), la torre ábside de la antigua Iglesia Mayor y la torre-puerta de entrada a la Villa.
Por el estudio del grabado se deduce que la torre-puerta de entrada a la Villa estuvo compuesta de una base trapezoidal sobre la que se asienta un primer cuerpo cúbico en el que se aprecia una entrada en su pared frontal que debe ser el arco de entrada. También se observan cuatro ventanas, dos en la pared frontal y otras dos en el lateral norte. Sobre este cuerpo existe otro de menores dimensiones pero de igual configuración. Por último, un tercer cuerpo, cónico, mas estrecho que los anteriores, con cubierta abovedada culminando con lo que parece una veleta. Por tanto, nos encontramos ante una torre de tres cuerpos con entada en el primero de ellos y que su situación espacial revela que es, sin duda, el denominado Arco de la Villa.
Paramento lateral y arranque del arco de bóveda de cañón.
En el año 1812, los franceses abandonan Zahara y, en su retirada, explosionan la Puerta de la Villa Medieval como nos relata el acta capitular de 1813, a la vez que nos da más detalles de la Puerta de entrada a la villa medieval, permitiéndonos acercarnos un poco más a como fue dicha puerta:
"En la noche de veinte y cinco de agosto entre once y doce...del año de mil ochocientos doce desocuparon los franceses esta nuestra villa de zahara habiendo minado y aplicado barriles de pólvora a la famosa torre en cuya cima estaba colocado el reloj, el que,después de tantos años de permanencia, señaló o tocó por última vez de su hora dichas once y a poco rato llegó el fuego a los combustibles pólvora...volada dando en tierra un edificio tan antiguo y hermoso en su fábrica pereciendo igualmente la casa cárcel que le era anexa sirviendo de calabozos las bóvedas de aquella".
La puerta desde el otro lado.
Restos de la torre donde se ubicaría el reloj mencionado.
Muralla suroeste contigua a la puerta de la Villa.
Arriba vemos la torre ábside de la antigua iglesia.
Subimos
A nuestra derecha vemos una cisterna romana.
A medida que subimos lo primero que vemos es la torre hexagonal que corresponde al ábside o cabecera restaurada de la antigua Iglesia Santa María de la Mesa.
El ábside antes de ser restaurado.
El ábside es la única estructura importante que aun se conserva de la iglesia. Sobre sus restos se ha construido el Centro de Interpretación.
Y allí vamos.
En uno de los laterales de la iglesia se conserva una cisterna romana del siglo I d.C. Construida para almacenaje de agua, fue reutilizada en el siglo XVII para enterramiento.
El Centro de Interpretacion está construido sobre los restos de la antigua Iglesia Santa María de la Mesa.
Tras la conquista de Zahara de la Sierra por parte de las huestes del infante don Fernando de Antequera en 1407, se erigió como iglesia la antigua mezquita de los musulmanes granadinos que acababan de ser expulsados de la villa y fortaleza. Cuentan las crónicas contemporáneas, que la cruz que traía delante de sí el Infante se colocó en la mezquita, que se convirtió inmediatamente en iglesia al bendecirla el obispo de Palencia, don Sancho de Rojas, que acompañaba a don Fernando.
Según Francisco Siles Guerrero, la advocación actual de Santa María de la Mesa debió ser importada de Utrera, ciudad con la que mantuvieron estrecha relación los Saavedra, señores de Zahara desde 1464 hasta 1481.
Durante el siglo XVII, al mismo tiempo que se despuebla el antiguo emplazamiento de la villa, los fieles abandonan la antigua iglesia de Santa María de la Mesa, comenzando a frecuentar cada vez con mayor asiduidad las dos ermitas auxiliares de San Juan de Letrán y San Francisco.
A principios del siglo XVIII, todos los servicios religiosos eran celebrados en las ermitas, excepto las «funsiones de Semana Santa y Corpus».
Sin embargo, a pesar del paulatino abandono a la que se ve sometida, se van efectuando numerosas reparaciones en ella a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Las autoridades eclesiásticas mostraban siempre un interés por conservar en buen estado la antigua iglesia. En 1679 se emprenden obras de más envergadura incluso. En los años siguientes se efectúan nuevas reparaciones y en en 1730 se pensó seriamente en construir una nueva iglesia abajo, donde está la actual parroquia.
La demolición definitiva de la antigua parroquia de Santa María de la Mesa la ha documentado Francisco Siles Guerrero en el año 1775, dato que conocemos gracias a que se menciona en otro escrito relativo a la destrucción del órgano antiguo: «Hasta abril de este presente año (1794) en que yo el espresado mayordomo hise presente...cómo en diez y nueva años ya cumplidos del derrivo de la yglesia antigua, y se hizo la nueva...»
Así pues, podemos datar en este año la destrucción de la iglesia y su abandono definitivo, momento que prácticamente coincidió con la apertura al culto de la nueva parroquia (1779).
Centro de Interpretación sobre la antigua Iglesia Santa maría de la Mesa
La última fase de este yacimiento se corresponde con la edificación de una iglesia gótico-mudéjar dedicada a la advocación de Santa María de la Mesa.
Durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la torre hexagonal aparecieron los restos de la planta y algunos muros de la antigua Iglesia de Santa maría de la Mesa. Tras su estudio se supo que la planta era rectangular y tenía dos naves, la central de mayor tamaño y la lateral, a la derecha, de menor envergadura. La cubierta era a dos aguas, con techumbre de vigas y artesonado de estilo mudéjar.
Según el estilo mudéjar, la portada de Santa maría de la Mesa debió ser de ladrillo moldeado, conservándose aún restos de los pilares de las jambas. El arco sería apuntado, con varias arquivoltas de ladrillo abocinadas, quizá enmarcadas por un alfiz cuadrangular. La puerta principal de acceso pudo ser un arco de herradura simple, por la gran perdurabilidad de la tradición de influencia islámica en la zona. La cabecera es del tipo ábside fortificado, poligonal y reforzada con contrafuertes en las esquinas, construida con un aparejo irregular de sillarejos y doble encintado de ladrillos.
Excavaciones antes de construir el Centro de Interpretación
Entramos.
Plano del yacimiento.
Se documentaron mas de doscientos enterramientos situados bajo el suelo de la iglesia. Estaban en tumbas excavadas en la roca y adornados con joyas y abalorios.
En el interior del centro de interpretación se pueden ver las distintas etapas del yacimiento. La verdad es que quedamos gratamente sorprendidos.
Lo primero que vemos es una cisterna de la época íbero-turdetana.
La cisterna corresponde a una estructura de forma rectangular ovalada excavada en la roca caliza, orientada de sur a norte. En el suelo, levemente inclinado de Este a Oeste. Se localiza un pocera circular también excavada en la roca cuya función era facilitar su limpieza. La funcionalidad de la estructura está vinculada a la recogida de agua de lluvia para el abastecimiento del asentamiento prerromano del siglo III a. C. ubicado supuestamente en la ladera de la peña.
Sus paredes estuvieron revestidas de un mortero de cal, arena y yeso de tonalidad rosácea con la función de conseguir la impermeabilidad del depósito. La pared norte se dispone como muro de mampuestos de piedras calizas de tendencia rectangular unidas a hueso, es decir, sin ningún tipo de mortero.
Por otro lado, la cisterna pudo ser utilizada como depósito votivo de un santuario íbero, ya que los elementos aparecidos en su interior así lo indican: terracota de rostro humano perteneciente a un pebetero o quema-perfumes de tradición púnica, tonel, ánforas de fabricación ibérica completas, un ánfora romana para aceite de fabricación bética y una moneda de bronce de la ciudad de Acinipo (Ronda la Vieja) fechada en época de Augusto, 27 a. C -14 d. C. Se cree que la cisterna abandonó su uso en los años cercanos al cambio de era (I a. C. - I d. C.).
Cisterna íbero-turdetana
Pebetero del siglo II-I a.C. y candiles de piquera islámico.
Durante las excavaciones arqueológicas también se documentaron estructuras correspondientes a una mezquita islámica. Se pudieron detectar una serie de muros de cronología andalusí, caracterizados por un aparejo de hiladas de manpostería irregular separadas por ripios y piedras en forma de lajas en algunos casos. Estos muros fueron reaprovechados tras la toma de Zahara por las tropas castellanas para un primer edificio, previo a la construcción de la iglesia.
La estancia mejor documentada de esta época ha sido la interpretada como una pequeña mezquita rural. Bajo el relleno de tierras y escombros vertidos intencionalmente durante la construcción de la torre-ábside de la iglesia de Santa María de la Mesa, construida a principios del siglo XVI, aparecieron restos de una pilastra de mampostería revestida de un enlucido de yeso en la que se ha conservado el arranque de un arco de herradura. Este arco daría entrada a una estancia de planta cuadrangular con la pared frontal orientada al este, como los mirhab de las mezquitas. En su interior, en el lado norte, se conserva una atarjea de ladrillo y en la sur un banco de mampostería. La pared este, también de mampostería, está situada sobre la roca natural. Los restos recuperados de las paredes muestran que estaban enlucidas; el suelo tenía un pavimento de yeso y se recogieron en uno de los derrumbes de la cubierta fragmentos de yeso con las huellas de las cañas que irían situadas entre las vigas de madera y las tejas.
Una parte de la mezquita islámica.
Silbato islámico con la figura de un gallo, olla de cerámica con vedrío melado del siglo XVIII, trozo de ánfora romana del siglo I a.C. y cuenco azul y verde sobre blanco del siglo XVIII.
En uno de los laterales se encuentra el acceso inacabado al campanario que nunca se construyó. La edificación se empezó en 1616 y más de un siglo después aún se hacían planes para acabarla. Al parecer no le salieron bien "las cuentas".
La Villa Medieval formaba parte de la Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos. Próximamente hablaré de ello.
Acabada la visita al yacimiento subimos a la azotea del Centro de Interpretación.
Desde aquí arriba podemos ver lo mas destacado de esta iglesia: su potente ábside fortificado, construido como contención del relleno de tierra utilizado para salvar el enorme desnivel del terreno sobre el que se asienta.
Continuamos ahora hacia la Torre del Homenaje.
La muralla occidental.
La Torre del Homenaje está situada en lo mas alto de la peña con un excelente control visual en todas las direcciones.
La Torre del Homenaje de Zahara, con una cronología que va de los siglos XIII al XV, es de planta cuadrada con ángulos redondeados achaflanados para resistir los impactos, destacando un alambor o muro en talud en su frente noroeste para rechazar proyectiles. En el lado sudeste se encuentra la entrada original, a la que se accedería con una escala.
Es una Torre de dos plantas unidas por una escalera de bóveda de cañón, subdividas cada una en cuatro dependencias abiertas con bóvedas baídas revestidas de ladrillos. Hay constancia documental de que a finales del siglo XV se efectúan reparaciones en la fortaleza: "la torre del homenaje estaba muy vieja y toda destrozada y maltratada". La imagen exterior de la parte superior sobre la cornisa de ladrillos es producto de la última restauración a mediados de los ochenta del siglo XX. Originalmente los vanos existentes entre las esquinas eran más estrechos. Es una torre en el que se entremezclan la función civil con la militar. Claro ejemplo son las ventanas con una patente función doméstica pero que sólo se han abierto en la planta superior para mayor seguridad.
El último uso militar de la Torre del Homenaje aconteció entre 1810 y 1812 durante la ocupación francesa de la sierra, bajo el mando del general Soult. Un grabado de 1811 en el que podemos apreciar un plano y elevación de la Villa de Zahara, relata la ofensiva contra los franceses asentados en el Castillo dirigida por D. Pedro de Pineda. Fue, posiblemente, ésta la única vez en la historia que la Torre del Homenaje hizo valer sus características defensivas.
En el lado sudeste, donde se encuentra la entrada original, a la que se accedería con una escala, sirviéndose del patín o escalera de obra situada a los pies del muro, de construcción posterior.
La puerta, de acceso elevado, es de cantería de piedra ostionera de Cádiz, con dintel escalonado y bóveda de cañón hacia el interior. En él han quedado los huecos de las quicialeras de la puerta.
Aquí vemos la puerta desde el interior de la torre y piso superior.
Entramos en la torre por el nuevo acceso.
Cada planta está subdividida en cuatro dependencias abiertas con bóvedas baídas revestidas de ladrillos.
Subimos a la planta superior por una escalera de bóveda de cañón.
Ventana al NW.
Ventana al SW.
Y subimos al terrado.
Desde la Torre del Homenaje se podían divisar otras fortalezas como los castillos de Olvera, Cote y Matrera y la atalaya de Audita, y así mantener contacto visual como modo de controlar el espacio y poder corresponder organizadamente contra cualquier peligro.
Embalse de Zahara-El Gastor con el Tajo Lagarín y Grajas en la otra orilla.
Continuamos nuestro paseo.
En su perímetro aun se conservan trozos de la muralla del castillo.
Los restos de la Torre del Caracol, del hisn originario.
La torre por su cara SW.
Aquí hubo un aljibe medieval.
Muralla del sector oriental de la villa Medieval.
Specus, restos de conducciones que recibían el agua de manantiales situados a cierta distancia.
Llegamos a una cisterna romana.
La cisterna es conocida como Casa Fuentes, llamada así por haber sido vivienda a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Es una de las cisternas mejor conservadas y de mayor capacidad.
La "Casa Fuentes"
Dejamos la Villa Medieval y bajamos al pueblo.
Lo primero que vemos al salir de la Villa es la nueva Iglesia de Santa María de la Mesa.
En la parte alta del núcleo urbano, integrada en la plaza de España, se ubica la iglesia de Santa María de la Mesa de Zahara, otro elemento patrimonial de elevado interés histórico, cultural y arquitectónico fechado de mediados del siglo XVIII.
La iglesia, que terminó de edificarse en 1755, se situó en el lugar que ocupaba la antigua ermita de San Francisco. Es de estilo barroco y en su construcción participaron importantes arquitectos de la época como Mateo de Alba y Matías de Figueroa. El edificio tiene planta de cruz latina con tres naves y crucero con una vistosa cúpula. En su interior, se halla un interesante museo parroquial.
Algunos elementos arquitectónicos que destacan son la portada principal decorada con mármol rosa y el chapitel de la torre del campanario rematado con azulejos azules y blancos de tradición sevillana. El interior alberga un órgano del siglo XVIII y el coro da cobijo a quince asientos, uno por cada clérigo con los que contó la parroquia durante su construcción. Asimismo, destaca la riqueza de sus retablos, donde resalta el retablo mayor rococó que se halla presidido por la imagen gótica de Santa María de Mesa, flanqueada por los patronos del municipio, San Judas y San Simón.
Iglesia de Santa María de la Mesa
En la Plaza San Juan está ubicada al Capilla de San Juan de Letrán, una destacada muestra de la arquitectura religiosa andaluza de la segunda mitad del siglo XIX.
La Ermita actual está edificada sobre el solar que ocupó la antigua mezquita, de la que sólo queda en pie la torre.1 Fue bendecida e inaugurada en el año 1956. Es de una sola nave, su portada es un amplio arco de medio punto coronado por tres espadañas, que cobijan las campanas fundidas el mismo año de su construcción.
Está dedicada a la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de Zahara de la Sierra. En el interior, puede contemplarse un retablo barroco que preside el Santísimo Cristo de la Veracruz, Nuestra de los Dolores y San Juan Evangelista, imágenes que pueden fecharse del siglo XVI y de finales del siglo XVII el Cristo y la Virgen. Además en los laterales se encuentran las imágenes del Santo Entierro, el Resucitado, San José, San Roque y San Juan Bautista.
Adosada a la ermita de San Juan de Letrán está la Torre del Reloj que data del siglo XVI, único resto de la antigua ermita y que constituía el campanario.
El nombre de la Torre proviene de principios de siglo, cuando se instaló un reloj que servía a todos los vecinos para estar informados de la situación horaria, para tener referencias en las jornadas de trabajo y actividades Eclesiásticas. En la década de los noventa fue restaurada y su reloj ha estado funcionando hasta la entrada del siglo XXI.
Acabo este paseo con otras dos fotos de Zahara de la Sierra y su Torre del Homenaje. Está tomada cuando regresábamos por el carril después de haber descendido la Garganta Verde y Arroyo Bocaleones.
Fuentes consultadas:
- Wikipedia
- Paneles informativos del Centro de Interpretación
- Captación y almacenamiento del agua en el oppidum iberorromano de Zahara de la Sierra (Cádiz). Luis M. Cobos Rodríguez y Luis Iglesias García.
- La Villa medieval de Zahara de la Sierra (Cádiz). Un proyecto social. Luis Iglesias Garcia y Luis Mª Cobos Rodríguez.
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